Con el reciente arribo de Hirving Lozano a la MLS, el fútbol mexicano está confirmando su mal momento y evidenciando que el futbolista mexicano está pasando por una crisis importante en cuanto a competir en los mejores escenarios se refiere.
Es ya sabida la gran problemática que existe para que un jugador de la Liga MX emigre al viejo continente. Ya sea por precio, calidad, o por cualquier otro factor externo. Salir a Europa es una misión -casi- imposible, y por eso la decepción de ver cómo regresan por montones los pocos que se habían hecho de un espacio.
Llama la atención -sobre todo- cuando se trata de jugadores que aún están en plenitud y pareciera que aún tienen varios años para rendir en el viejo continente. Carlos Vela llegó a Los Ángeles FC a los 29 años y ahora Hirving Lozano lo hace a los 28. En ambos casos, las noticias no alentaron en lo absoluto al futuro del tricolor.
El estilo de vida, pero sobre todo, el dejar un patrimonio familiar, han sido razones suficientes para que los mexicanos abandonen el ‘sueño’ europeo. Que a decir verdad, para varios futbolistas se ha convertido en una pesadilla.
En el tema económico, la realidad es que el famoso ‘sueño’ no es lo que parece. La gran mayoría de los futbolistas mexicanos reciben un sueldo menor en Europa que en la propia Liga MX. Salvo los que logran realmente afianzarse en equipos y ligas de renombre, el resto no perciben un sueldo que les de tranquilidad de cara al retiro.
Pero el verdadero conflicto entra al hablar del tema personal y familiar. Para el mexicano es difícil desprenderse de sus raíces. Lo tienen en la sangre. La cultura, el idioma, el clima, la comida, sus amigos, su familia. Siendo honestos, para nosotros los mexicanos no hay nada como nuestro país y nuestra gente.
Y ahí radica gran parte de la problemática a la que se enfrentan. Si a esto le sumamos que la calidad y preparación no es la suficiente para llegar como titulares, entonces la experiencia se empieza a convertir en un martirio. Están lejos de casa, ganan menos de lo que podían ganar en su país, y encima no juegan.
Pero ese es el verdadero reto. Triunfar en la élite conlleva sacrificios importantes y la verdad es que los nuestros no están dispuestos a hacerlos. Son pocos los valientes que lo intentan, pero más pocos los que no se rinden a la primera.
Y podemos coincidir que en el caso de Hirving Lozano el “rendirse” no es una palabra que le quede. Pues triunfó en Holanda e Italia, logró conquistar prácticamente todo los torneos que disputó, pero eso hace aún más complicado el asumir que hasta los que les va bien, deciden regresar. ¿Quiénes somos para juzgar lo que debe hacer una persona? Pongámonos en los zapatos de ellos. Futbolistas que le han dedicado toda su vida al deporte. Que la mayoría de ellos no tienen una carrera de respaldo ni mucho menos experiencia par poder generar
ingresos tras su retiro. A esto hay que sumarle que son personas que no suelen disfrutar de vida social y en Estados Unidos encuentran tranquilidad para ellos y los suyos.
La verdad es que, para cualquiera de nosotros, el recibir un contrato multimillonario y vivir en San Diego o Los Ángeles suena como una muy buena idea. Pero es ahí donde se marca la diferencia entre trascender y ser uno más.
Son tantos los privilegios y ventajas que da la MLS y Liga MX, que es justamente el que se rehúsa a eso quien logra marcar la diferencia.
Por tal motivo, jugadores como Raúl Jiménez, Guillermo Ochoa, Orbelín Pineda, Johan Vázquez, César Montes son de esos casos que hay que valorar. Porque todos ellos tienen las puertas abiertas de estas ligas y con contratos bastante más elevados, pero han decidido mantenerse en el viejo continente.
Viviendo descensos, goleadas, pasando de una ciudad a otra, o incluso de un país a otro, pero fieles a sus convicciones y metas.
¿Al mal tiempo, buena cara?
En el mundo ideal, lo mejor es que Jaime Lozano tuviera a 15 seleccionados en Europa, pero estamos muy lejos de eso. Por tal motivo, ante la mala noticia, siempre hay oportunidades de las que puedes sacar ventaja.
Al contar con todos sus seleccionados cerca, y tener el mundial más importante para el país en los últimos 30 años, es necesario y urgente que se hagan cosas distintas si quieres obtener resultados distintos.
La gestión de la FMF fue muy buena y han logrado que México se mantenga en casa hasta 4tos de final si es que logra clasificarse primero de grupo. Ayer también se dio a conocer que el tricolor se hospedará en el Centro de Alto Rendimiento ubicado al sur de la CDMX.
Es decir, hay muchas circunstancias a su favor, y no pueden desaprovecharse. Como en su momento lo hizo Ricardo Antonio Lavolpe, es momento de que Clubes y Selección vayan de la mano, y se pueda trabajar en conjunto.
Teniendo a los futbolistas cerca, retomar lo que hizo el bigotón en aquel proceso donde reunía a los futbolistas cada 2,3 semanas para trabajar al menos un par de días en aspectos importantes y así llegar mejor preparados al mundial.
Si realmente quiere trascender, el fútbol mexicano necesita de todos. Y si selección y clubes no van juntos, cómo lo han hecho en los últimos 30 años. El resultado será el mismo. Cada directivo ve por su bien, y nadie está dispuesto a sacrificar por el bien general.
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