Y ahí vamos de nuevo…
Arranca un nuevo proceso en la selección mexicana, el tercero en apenas año y medio.
Y ahí vamos de nuevo. Bueno “entre comillas” porque se trata de Javier Aguirre, que estará en su tercera etapa como técnico y de Rafa Márquez, al cual llevamos relacionando con la selección mexicana, durante los últimos 20 años
Al final se trata de un nuevo proceso y de nuevas caras también en las convocatorias…. y quizás de nuevas ilusiones. ¿O no?
En esta ocasión, creo que como pocas veces, el aficionado mexicano ya no espera nada de su selección; esto lejos de ser malo, puede ser un punto a favor de el Vasco, pues cualquier avance, por mínimo que sea, va a ser ganancia tras la cantidad de fracasos que se han acumulado en los últimos años.
El tiempo pasa rápido, y varios seguramente no se percatarán de que la última vez que la selección mexicana ilusionó y realmente se enganchó con su afición, fue en la lejana Copa Oro del 2019. La primera del Tata Martino. Estamos hablando de cinco años de fracasos y más fracasos, con una breve interrupción por la Copa Oro que ganó Jaime Lozano en 2023 (que definitivamente tiene un valor distinto), pues ni Canadá, ni Estados Unidos fueron con plantel estelar. Esto sin quitarle mérito a los seleccionados yal cuerpo técnico, pues días antes esa misma selección había caído 3-0 ante los norteamericanos en una de las derrotas más dolorosas en la historia del TRI.
Llegó un nuevo turno para Javier Aguirre, ahora con la misión de salvar la Copa del Mundo del 2026 en menos de dos años, (como lo hizo en ocasiones anteriores clasificándonos al mundial), pero ahora el bomberazo sube de nivel.
No hay que engañarnos, México no será campeón del mundo y eso lo sabemos todos. La selección probablemente no llegue a los cuartos de final, lo que antes significaba el famoso 5to partido, pero al menos se buscará no hacer un papelón.
Y aquí podemos culpar y señalar a cuantos nombres se nos ocurran. Han pasado técnicos, directivos, presidentes, y el avance ha sido nulo. Lo digo porque tuve la suerte de estar en Rusia en aquel congreso de la FIFA del 2018 donde México, Canadá, y Estados Unidos habían ganado la candidatura para el 2026.
Estamos hablando de ocho años de diferencia y en los que bien se pudo empezar a trabajar pensando en llegar lo mejor preparados a estas instancias. La realidad es que no se hizo absolutamente nada, bueno inclusive se empeoraron las cosas; los formatos del fútbol mexicano, los jugadores en Europa, las competencias sin ascenso ni descenso, la cantidad de extranjeros, y todo realmente fue a peor.
Ahora lo único que no hay es tiempo, y por eso se empezará a ‘parchar’ y maquillar de manera “improvisada”, donde creo que el ideal para este trabajo es Javier Aguirre. Y ojo que yo era de los que opinaba que el proyecto de Jaime Lozano tenía futuro, pero siempre y cuando fuera alineado con un plan a largo plazo. Hoy se buscan resultados inmediatos y para eso el “Vasco” se pinta solo.
Pudiera sonar despectivo, pero yo quisiera simplemente tomarlo como una fría y cruda realidad. Aguirre se ha caracterizado por tener éxito con equipos chicos. Con equipos limitados y planteles con prioridades muy alejadas de los títulos. Más bien, acostumbrado a sumar puntos como sea, a evitar descensos y conseguir resultados sin importar las formas.
Si ponemos lo que ha hecho Javier Aguirre (a nivel de clubes) y lo reflejamos a nivel selecciones, pues francamente es lo que está queriendo hacer la FMF. Y bien dicen que, para solucionar un problema, primero hay que detectarlo.
Se entiende que estamos-por fin- aceptando nuestras limitantes y nuestra realidad. Javier Aguirre tendrá que exprimir al máximo el poco talento que se tiene en nuestras selección, y aunque sea jugando feo y colgados del travesaño, empezar a sumar y conseguir que en el aspecto anímico esta selección pueda mejorar.
México es el Mallorca de la Liga de España. Es el Puebla de la Liga MX. Es el Southampton de la Premier… y así nos podríamos seguir. A nivel selecciones y mundial de fútbol, hoy estamos muy lejos de la élite, y sólo aceptando nuestras debilidades, podremos salir -de a poco- del tremendo bache.
Con una afición tan noble, hoy extrañamente hay pocas esperanzas de que esto mejore… solo queda esperar que ruede el balón y bote a nuestro favor.
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Reportero y conductor
Cubre a uno de los equipos más grandes de México; el América.
Fue corresponsal en Rusia 2018 y Qatar 2022.
Una de las caras nuevas en la industria que ha conseguido su lugar gracias a su preparación y adaptación, en especial en los medios digitales.
