Todos en esta vida quisiéramos tener la vida de Carlos Vela. Y no necesariamente me refiero a su profesión o su dinero. Esto evidentemente queda a gustos y preferencias de cada uno.
Cuando me refiero a que todos ‘quisiéramos su vida’, hablo específicamente del poder de decisión que tiene sobre sobre todo lo que gira al rededor de él.
Ha vivido en donde siempre ha querido, y cuando ya no lo quiso, fue cuestión de buscar el siguiente destino que más le apasionaba, y aterrizar ahí.
En San Sebastián y la Liga española ya había cumplido su ciclo y decidió llegar a Los Ángeles para disfrutar de su equipo favorito. No, no es el LA FC, sino Los Lakers.
Carlitos abiertamente ha declarado que él es más aficionado del basquetbol que del propio futbol.
¿Se imaginan? Mientras millones de mexicanos sueñan y se desviven por convertirse en futbolistas profesional, hay uno que no es del todo fan, pero sí la calidad y de sobra para destacar en las mejores ligas del mundo.
Seguimos con decisiones que, sólo él, y nada más él, se dan el lujo de tomar.
Después de convertirse en futbolista profesional, el siguiente sueño de cada aficionado a este deporte, es el de jugar con su selección nacional.
¿Qué pasa? Que Carlos Vela se ha negado en múltiples ocasiones a vestir la playera tricolor. ¿Por qué? En un inicio, por una suspensión qué sufrió cuándo cometió una indisciplina. Pero, de hace varios años atrás, simplemente porque no le da la gana. Tal cual.
Técnicos y directivos han desfilado intentando convencerle y nadie ha tenido el poder. (Salvo Miguel Herrera en el proceso rumbo al 2018, que posteriormente dirigió Juan Carlos Osorio)
Negativas tras negativa, ningún desplante parece suficiente para volver a intentarlo. Y no se deja pasar cada oportunidad por parte de nuestros directivos para volver a tocarle la puerta.
Me atrevo a decir que cualquier otro jugador que se atreviera a desairar a la selección, se olvidaría de por vida del tricolor. Pero Carlos Vela está a un whatsapp de volver cuando él lo decida. ¡Vaya privilegio!
Las giras y torneos con selección mexicana, conllevan viajes, dejar a la familia y desgastarse físicamente. Un precio que el 99.9% de los jugadores están dispuestos a pagar. Pero, Vela es de otra especie, y la verdad, que envidia.
Quiere disfrutar a su familia y huir de las criticas y presiones que esto involucra. Y puede darse el lujo de hacerlo sin ninguna consecuencia.
Hoy se habla de Cruz Azul, pero meses atrás fue el América. Así como en Guadalajara siempre han soñado con su regreso, aunque siendo honestos, Vela no tiene esa identidad rojiblanca como el propio Chicharito, pues el ‘bombardero’ salió a los 16 años de Chivas y nunca debutó. Bueno, pues al igual que con el ‘tricolor’, Vela ha rechazado a diestra y siniestra a todos los clubes mexicanos, por una simple y muy entendible razón; no quiere vivir en nuestro país.
Lo repito, qué envidia Carlitos. Y no de la mala. A pesar de haber nacido con condiciones únicas, me queda claro que has trabajado y sacrificado mucho por estar donde estás.
Sí, yo también soy como tú que estás leyendo esto y que crees que Carlos Vela es un talento ‘despercidiado’. Pero quienes somos para juzgar la forma de vivir de un futbolista. Quienes somos para opinar sobre lo que está bien o está mal.
Carlos ha vivido como ha querido -y honestamente- ese realmente es el sueño de todos.
Nunca serás Hugo Sánchez ni Rafa Márquez. Tu nombre no quedará en los libros de selección mexicana como el de Cuauhtémoc Blanco o Andrés Guardado, ¿pero sabes qué?.. Carols Vela habrá uno y nada más.
Especial, diferente, auténtico.. y sobre todo, un crack.
Qué envida, Carlitos.
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ALEJANDRO ORVAÑANOS