En las próximas horas, Javier Aguirre disputará una nueva final en su carrera. Y no es cualquier final, se trata de una Copa del Rey, uno de los torneos más históricos y representativos del fútbol europeo.
Es verdad, a lo largo de su carrera los títulos no han sido el sello distintivo del ‘Vasco’ Aguirre, quien se ha posicionado en el viejo continente como un entrenador más bien ‘salvador’. De esos que con poco hacen mucho.
Aún sin muchos títulos, porque sí los hay. Con la selección mexicana ganó una Copa Oro. Con Pachuca levantó un título de Liga MX. A pesar de no haber conseguido el éxito que buscaba, con los Rayados se coronó en la Concachampions. Así como sus 3 trofeos en su aventura por los Emiratos Árabes.
Hablar de un estratega mexicano en Europa nos limita a una sola figura. Si bien Hugo Sánchez tuvo un paso por el Almería en el 2008, la realidad es que no logró afianzarse y jamás volvió a los banquillos de España.
Casos como el de Nacho Ambriz sorprenden, pues su éxito en la Liga MX y su larga preparación en Europa (justamente como auxiliar del Vasco), nos invitaban a pensar que su paso por el Salamanca de la Segunda división sería positivo, pero de igual manera regresó apenas unos meses después de su llegada.
Sin duda alguna el gran candidato a realizar una exitosa carrera por el fútbol europeo es Rafa Márquez. Actualmente en el Barca B, escuela de la cual salieron grandes técnicos como Guardiola y Luis Enrique, y aunque aún es pronto, su preparación y larga trayectoria en el Viejo Continente significan un gran respaldo para sus próximos años. Inclusive, tras los malos momentos del Barcelona, en varias ocasiones se escuchó su nombre como posible interino del primer equipo catalán. Pero regresando al ‘Vasco’, los ejemplos antes mencionados nos muestran la dura realidad del técnico mexicano. Javier Aguirre llegó al Osasuna apostándolo absolutamente
todo. Vendió su casa de Guadalajara, alistó unas maletas y se fue por la grande. El sueldo que le ofrecían era infinitamente menor al que podía percibir en nuesto país, pero el objetivo estaba muy claro.
Vaya que la apuesta salió favorable y después de 4 grandes temporadas con el Osasuna, donde no solamente logró el objetivo inicial de mantenerlos en la categoría, sino consiguió llevarlos a una final de Copa del Rey e inclusive terminar una de las temporadas en puestos Europeos.
Números que le valieron para ser considerado el “Mejor Director Técnico del Año en España” en el 2006.
Tras este buen paso, el Atlético de Madrid no lo dudó y apostó por el mexicano. En ese entonces el equipo colchonero estaba lejos de lo que es hoy en día, y tras 12 años sin clasificarse a Champions League, el Vasco se encargó de regresarlos al máximo torneo continental.
Zaragoza, Espanyol, Leganés. Los retos del Vasco en futuras oportunidades se centraban en la salvación del equipo. En la mayoría de los casos consiguió el objetivo, razón que le permitía seguir vigente año tras año. Algo que muy pocos pueden presumir.
Su peor momento a nivel de clubes quizás llegó con Rayados en su regreso a México. A pesar de haber conseguido la Liga de Campeones de Concacaf ante el América, en el torneo local y sobre todo, en su participación en el Mundial de Clubes, las cosas no salieron. Lo lamentable vino después de este torneo, donde la afición de Monterrey creó una campaña en su contra. Atacandolo constantemente con mensajes ofensivos e incluso violentos. Las pancartas con amenazas invadían las redes sociales en un acto bastante lamentable.
Es verdad, las expectativas eran mayores y los resultados no fueron los esperados, pero nada justifica el trato que recibió. Su carrera lo avala y merecía un respeto que no recibió.
Es su paso con selección mexicana hizo milagros en su tarea por clasificar a la selección mexicana al mundial del 2002 y 2010. En ambas ocasiones llegó en calidad de bombero y consiguió el objetivo, aunque desafortunadamente no llegó más allá de 8vos de final, por lo que pocos recuerdan lo hecho previamente.
Hoy las calles de Mallorca sólo tienen palabras de agradecimiento hacia el técnico mexicano. Las pancartas (que en su momento pedían su cabeza en nuestro país) del otro lado del mundo muestran su apoyo incondicional hacia Aguirre.
Nada raro, ¿no?
Esa ‘virtud’ del mexicano de no reconocer a los nuestros. De exigirles más. De calificarlos de otra manera al punto incluso de disfrutar las derrotas de los paisanos. Por suerte del otro lado la historia es distinta.
El Vasco está por disputar su segunda final de Copa del Rey, y nuevamente lo hace en condición de no favorito. El rival, el Athletic de Bilbao, cuenta con mejor plantel y recursos, pero ya Javier Aguirre en más de una ocasión nos ha demostrado que eso no es impedimento para salir con un resultado a su favor.
En su primera oportunidad cayó ante el Betis cuando dirigía a Osasuna y hoy espera que la historia tome un rumbo distinto.
Ojalá su trayectoria sirva de ejemplo para futuras generaciones de técnicos mexicanos, que en su mayoría se han negado a dar el salto y emprender el reto. Al igual que los jugadores, si el fútbol de nuestro país aspira a crecer, también es necesaria la presencia de entrenadores en los banquillos europeos.
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