Se está disputando una edición más de la Copa América, considerada por algunos como uno de los torneos más antiguos y tradicionales en la historia del fútbol. Además, hablar del torneo continental sudamericano es hacerlo de pasión, color y folclore.
Sin embargo, para esta edición las cosas han cambiado un poco. Con motivo del mundial del 2026, FIFA y CONMEBOL decidieron llevar el torneo sudamericano, paradójicamente, a territorio norteaméricano.
Estadios. Hoteles. Centros Comerciales. Aeropuertos. Vialidades. Todo lo tienen los Estados Unidos. De eso no hay duda, es probablemente uno de los pocos países en donde se puede organizar un torneo de esta magnitud de un día para otro.
Hace una semana, cuando estaba por celebrarse la inauguración, se me ocurrió sintonizar una estación argentina mientras iba rumbo a la oficina. La campeona estaba por debutar y acostumbro a escuchar todo tipo de estaciones y de distintos países para conocer los distintos enfoques que le dan a determinado torneo/partido.
Resulta que Argentina debutó en el Mercedes Benz Stadium, uno de los más lujosos y espectaculares del mundo, y durante la previa de este partido los colegas argentinos se pasaron cerca de 20 minutos discutiendo si a ellos les gustaría un estadio de esas características.
Por ilógico que pudiera parecer, ninguno de los panelistas se mostraba a favor de esta situación, (independientemente de que hoy la economía de Argentina no se los permitiría) pero resultaba hasta cierto punto extraño que siendo tan apasionados al fútbol, no quisieran un estadio de clase mundial.
¿La razón?
Entre ellos discutían que ese tipo de escenarios van en contra de su historia y tradiciones. A mayor modernidad y lujo, se pierde la cultura futbolera (especialmente sudamericana).
Las butacas están lejos de la cancha, los pasillos repletos de tiendas y restaurantes que te brindan una experiencia fantástica, pero te hacen sentir más en un centro comercial que en un estadio. Hoy subir por un elevador hacia tu zona te aleja de aquellas rampas donde miles de aficionados subían hacia sus asientos cantando y coreando a su selección.
Y es que en Estados Unidos juegan ‘soccer’. Sí, también son 11 vs 11 y hay un árbitro y la intención es meter gol. Pero realmente es un deporte que se vive de manera distinta.
La Copa América 2024 nos ha regalado más estadios vacíos que llenos. Salvo Argentina en Atlanta y Nueva York, ni la selección mexicana logró el sold out en su debut. Brasil se acercó, pero tampoco lo logró en Los Ángeles.
También hay que mencionar que dichos estadios tienen capacidad cercana a los 70,000 -80,000 espectadores, lo que también representa un reto importante.
Pero realmente equipos como Brasil y Argentina siempre garantizarán una buena taquilla por la calidad de su plantilla. Lo que preocupa realmente es la poca expectativa que han generado el resto de selecciones.
Uruguay, por ejemplo, no logró ni el 50% de la asistencia. Qué decir el Ecuador vs Venezuela que lució totalmente vació en Santa Clara. O el Canadá vs Perú que tampoco lució una buena entrada.
A la afición en Estados Unidos no le interesa el fútbol. Esos mismos estadios se llenarían con un partido regular de MLB o NFL. Pero no de fútbol. Si bien ha crecido el interés, aún está muy lejos de generar la asistencia esperada.
A esto hay que sumarle que el estado de las canchas ha sido terrible y regresamos al mismo punto. Allá la tecnología manda sobre lo tradicional y se juega en canchas sintéticas, las cuales están prohibidas para FIFA y que definitivamente no son las adecuadas para practicar un buen fútbol.
Advíncula, Diego Valdés y Edson Álvarez son 3 futbolistas a los cuales ya les pasó factura el terreno de juego. No por nada Lionel Scaloni mostró su inconformidad desde el día uno, a la cual ya se han sumado futbolistas como Vinicius Jr.
Para cerrar con broche de oro, la temperatura también ha sido un factor importante por el cual se han sufrido circunstancias no esperadas. Ronald Araujo tuvo que abandonar el terreno de juego al medio tiempo por el fuerte calor de la ciudad de Miami y hace unos días, el árbitro asistente del Perú vs Canadá se desvaneció en pleno juego.
A tomar nota, FIFA, pues en dos años estos mismos estadios serán sede de la Copa del Mundo y definitivamente hoy no lucen preparados.
El color ha desaparecido de las tribunas y esta Copa América está muy lejos de lo acostumbrado. Ojalá que con el pasar de los partidos la afición pueda engancharse y veamos algo de pasión sudamericana en territorio norteamericano.
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