El problema no es Guillermo Ochoa
Llegó la primera fecha FIFA del 2024 y con esto llegan también los debates sobre quién merece o no merece estar en la selección mexicana.
En los últimos meses el debate ha girado alrededor de una persona. Y la verdad es que no parece haber punto medio; o lo quieren o lo odian. Sí, muy parecido al equipo que lo vio nacer.
Francisco Guillermo Ochoa Magaña es el nombre que se escuchará a lo largo de la semana. “Si ya recibió mil goles”. “Va a descender otra vez”. “Ya está grande”. “Ya dale el lugar a Malagón” Son algunas de las frases que se repetirán en estos días.
La realidad es una, y nadie la va a cambiar. Al menos para esta fecha FIFA. Guillermo Ochoa es el portero titular y capitán de la selección de Jaime Lozano. La decisión es bastante simple, al menos para el técnico del TRI.
Ochoa entrena y compite día a día en una de las 3 mejores ligas del mundo. Ochoa se enfrenta semana a semana a varios de los mejores futbolistas del mundo; Osimhen, Theo
Hernández, Kvaratskhelia, Lautaro, Vlahovic, Nicolo Barella, Rafael Leao, Federico Chiesa, Dybala, Immobile, sólo por mencionar a algunos.
A esto se enfrenta semana a semana el arquero mexicano, lo que definitivamente eleva el nivel competitivo y al mismo tiempo le da más herramientas al técnico para elegir qué jugador está por encima del resto.
Guillermo Ochoa fue el capitán del tri olímpico en Tokio 2020. Jaime Lozano optó por reforzar la portería y no dudó ni un segundo. Guillermo Ochoa se ha convertido en el líder indiscutido de esta selección tras las bajas recientes de futbolistas de jerarquía como Andrés Guardado y Héctor Moreno. Un poco más atrás, las ausencias de Chicharito o Layún. Es decir, hoy la voz autorizada y quien apoya a Jaime Lozano en esa conversación es el arquero del Salernitana.
El debate resulta muy esteril y básico cuando la discusión de la portería mexicana gira en torno a un nombre nada más. ¿Por qué la plática no va más allá en los espacios deportivos y de análisis? ¿Por qué decir Malagón o Guillermo Ochoa y hasta ahí? ¿Por qué no buscar en lo más profundo del verdadero problema?
A lo largo de su historia, Guillermo Ochoa es el único futbolista mexicano que puede presumir de haber jugado con regularidad en el viejo continente. Sí, me dirán que fue a equipos con pocas aspiraciones y que tiene más descensos que títulos, y justamente este es punto medular.
¿Por qué nadie más se atreve a ir a pelear el descenso por allá? ¿Por qué nadie más se atreve a ganar menos y jugar en una liga con pocos reflectores? ¿Por qué nadie más toma el reto de ir a recibir goles por montones, pero con la convicción de ir a crecer?
Por eso mismo Ochoa ha recibido mil goles. Por eso mismo Ochoa ha descendido, porque si él quisiera, se hubiera mantenido en América, o estaría en Rayados o en la MLS disfrutando de una carrera lejos de críticas y exigencias.
No nos hemos percatado que, al día de hoy, ni Malagón, ni Julio González, ni Acevedo, y más atrás Jurado, Toño Rodríguez y compañía, han dado ese salto que realmente nos permitiría generar un mejor debate en cuanto a la titularidad en la portería.
¿Por qué nadie habla del mal trabajo formativo con nuestros porteros? Quién es el encargado de generar y generar arqueros de calidad. ¿Hay realmente equipos que se dediquen a esto?
El problema no es Ochoa. El problema es que Ochoa a sus 38 años tiene poca competencia. ¿Quién es el culpable? ¿Ochoa… o la poca calidad de nuestros arqueros en los últimos 8-12 años?
Jaime Lozano se juega la vida cada partido. Se juega el futuro con la selección mexicana, y si elige al portero del Salernitana, es por una simple y sencilla razón: Porque cree que es el mejor.
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