Ay, Nahuel. Otra vez tú, Nahuel. Inexplicablemente, aún lesionado y fuera de las canchas no dejas el protagonismo y los episodios vergonzosos.
Partamos de algo, tu calidad bajo los tres palos es indiscutible. La jerarquía y experiencia que muestras en momentos clave se ha traducido en múltiples títulos desde tu llegada al futbol mexicano. En ese aspecto, no hay discusión. Te has consolidado como uno de los mejores porteros de la historia del fútbol mexicano y eso no puede dejarse de mencionar.
5 títulos de Liga MX se dicen fáciles, pero muy pocos lo han conseguido. En cada uno de ellos has sido clave (por no decir decisivo)
Pero hoy estoy aquí para hablar de otros temas. De esos que han manchado tu gran trayectoria en el futbol mexicano y, seguramente, la razón por la cual muchos no logran darte el valor que te mereces FUTBOLÍSTICAMENTE hablando.
Sí, lo pongo en mayúsculas porque-desafortunadamente- en el aspecto disciplinario y extra deportivo, la historia es completamente distinta.
Desde las agresiones a múltiples jugadores, recuerdo muy bien la patada al futbolista del Atlas, el ‘mudo’ Aguirre. Un codazo totalmente voluntario a Edgar Méndez. Y cómo olvidar cuando estampaste con el poste a Nico Castillo.
A este tipo de detalles, que la gente decidió bautizar como ‘Nahueladas’, se le suman los episodios también muy penosos como cuando le aventaste un objeto a las futbolistas de Monterrey en un clásico regio de Liga MX femenil. También recuerdo cuando arrancaste un pedazo de pasto del estadio de rayados y también cuando les hiciste como “pingüinos” a los mismos aficionados de la pandilla. Ese debo aceptarlo, me dio risa.
Ese espíritu competitivo, que es parte de tú personalidad y forma de entender el deporte, así cómo te ha llevado a conseguir muchos títulos, también te ha llevado a perder la cabeza y dejar en situaciones desfavorables a tu equipo. Para encontrar un ejemplo muy rápido, las dos finales de Liga MX contra América. En el momento que más te necesitaban para buscar un milagro, indisciplinas prácticamente sellaron el campeonato del rival.
Del otro lado recuerdo perfecto ese histórico gol al Allianza FC en Concachampions. Te vestiste de héroe y conseguiste ese milagroso gol en los últimos minutos para evitar un fracaso y de paso, clasificar a tu equipo a la siguiente ronda. Decisivo, esa palabra te representa.
Podemos seguir y seguir con capítulos de este estilo, como cuando perdieron la final de Concacaf ante León y de inmediato buscaste agredir a los futbolistas de la fiera y terminaste buscando pelea con todo. Insisto, ese espíritu competitivo es valioso, pero no cuando se confunde con el no saber perder.
Tengo que aceptarlo, pensé que este recuento de momentos sublimes culminaría con aquella actuación artística donde te vestiste de mimo y mago; sacaste una serpentina por la boca en Leagues Cup. No dejas de sorprendernos y, en esa ocasión, aunque no me parece que deban permitírtelo, al final el resultado te dio la razón y lograste tu cometido.
También tengo que aceptarlo, en estos días donde el deporte se ha vuelto muy monótono, personajes como tú suman a la industria, pero la línea es muy delgada entre lo divertido y lo desagradable.
Lo del pasado sábado, por ejemplo, fue muy desagradable. Ilusos los que pensamos que aún fuera de las canchas no te ibas a hacer notar. Sacar un láser (que además puede causar un daño a la salud) para distraer y sacar ventaja del rival, me parece un acto bajísimo y de muy mal gusto.
El fútbol mexicano lleva mucho tiempo luchando contra la violencia y actos discriminatorios en los estadios, y desafortunadamente, aún se está muy lejos de erradicar este tipo de acciones. Lo mínimo que podríamos esperar de los jugadores (que juegan el rol de actores principales) es predicar con el ejemplo. Y resulta que uno de los jugadores más mediáticos de nuestra liga, ha buscado dar el mensaje totalmente opuesto.
Según el reglamento, lo que hizo Nahuel debe sancionarse al ser una “Conducta inapropiada” y el castigo puede ir de 1 a 3 partidos de suspensión y una multa económica. Todo esto está escrito, pero la Liga MX podría determinar una sanción más grave en caso de así considerarlo.
Me queda claro que al “Patón” se le suelen desconectar algunos cables, sobre todo cuando está en la cancha, pero esta vez, me parece, superó cualquier límite. Y no por lo grave que pudiera ser apuntar con un láser, sino lo que hay detrás. ¿En qué cabeza cabe? ¿Qué habrá pensado en el momento que compró dicho artefacto? ¿Le habrá parecido una buena broma?
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