El futbol mexicano lleva años en terapia intensiva

Escribo estas líneas recién desempacado de Dallas, donde la selección mexicana nuevamente fracasó en su intento por recuperar la cima de la CONCACAF.

El tiempo vuela, y ya se han consumado 5 años desde la última vez que México venció a Estados Unidos en un torneo oficial. Y aunque recientemente se ganó la Copa Oro, hoy más que nunca nos queda claro que la ausencia de los equipos estelares de USA Y Canadá, nos facilitaron la tarea.

En esta ocasión todo era tan, pero tan predecible, que puedo asegurarles que días antes yo platicaba con algunos colegas sobre la conversación que se estaría llevando durante esta semana. Lamentablemente no me equivoqué. A estas horas André Jardine y Guillermo Almada son tendencia. Sí… otra vez las redes están buscando a un nuevo DT para el barco tricolor.

¿De verdad?

No ha sido suficiente con la historia de los últimos 30 años (de lo que me ha tocado vivir), donde siempre la solución está en el banquillo. Miguel Mejía Barón, Lapuente, Ojitos Meza, Aguirre, Erikson, Chepo de la Torre, Miguel Herrera, Juan Carlos Osorio, Tata Martino, Diego Cocca, y Jaime Lozano.  (Esto sin contar los recurrentes interinatos del Tuca Ferretti, Luis Fernando Tena, Vucetich, etc)

Así es, méxico ha probado de todo tipo de estrategas y el resultado sigue siendo el mismo. Bueno, en realidad los resultados ahora han sido peores.

Basta de creer que la solución está en determinado entrenador o jugador. Y con esto no quiero decir que se deje de cuestionar al Jimmy Lozano y su elección de ciertos futbolistas, por supuesto que debe venir la crítica cuando los resultados no se dan, y más de la forma en la que se cayó ante Estados Unidos sin prácticamente competir.

Sin embargo, este tipo de crítica no beneficia en lo absoluto al verdadero problema por el que pasa nuestro fútbol. Para ponerlo en otras palabras, este tipo de crítica sería similar a recetar una aspirina a un paciente en terapia intensiva. Y el fútbol mexicano es un paciente en estado crítico, que de no recibir un pronto y eficiente tratamiento, puede morir.

Partamos de que la cura tardará mucho. Y con ‘mucho’ me refiero a años. Y con años me refiero a VARIOS AÑOS.

Seré muy breve y básico. ¿Qué necesita el fútbol mexicano? Mejores jugadores. Así de sencillo de mencionar, pero bastante complicado de solucionar.

¿Cómo es posible que, entre millones de amantes a este deporte en nuestro país, no seamos capaces de generar cientos y cientos de talentos? Para no ir muy lejos, parece que no hemos logrado juntar a 11 buenos futbolistas.

¿Quién se encarga de formar, enseñar y preparar a todos esos niños que buscan convertirse en futbolistas profesionales? Empecemos por ahí. ¿Quién se encarga de encontrar a esos talentos que juegan en el barrio o escuelitas de su pueblo o ciudad?

El mal del fútbol mexicano está desde lo más profundo del deporte, inclusive fuera del profesionalismo. Ese entrenador que prepara a los futbolistas del futuro probablemente no está lo suficientemente capacitado. Probablemente vive de otro trabajo y el tiempo restante lo dedica a entrenar niños para obtener un ingreso extra, pues los sueldos están lejos de ser los adecuados.

Ese niño que podría explotar de manera importante su talento se verá detenido en su proceso por esta sencilla-pero al mismo tiempo- complicada razón.

Urge que vengan expertos de otros países y que los nuestros se capaciten y preparen de mejor manera. De otra forma, será imposible formar buenos futbolistas.

Para cuando alguno de ellos ya alcanzó instancias profesionales como una 2da división o sub20 de un club profesional, el mal ya está hecho y es muy complicado de solucionar.

¿Cuál es el siguiente paso? Si estás en la segunda división, te queda rezar y pedir un milagro, pues increíblemente nuestro fútbol no tiene ascenso y es altamente probable que te quedes estancado.

Si estás en la sub20, también te queda rezar. Pues los espacios son mínimos y el primer equipo está repleto de extranjeros de medio pelo (en su mayoría) que no marcan diferencia y ocupan el 80% de los planteles habituales.

A esto le sumamos que el DT se juega su puesto cada semana pues la paciencia y proyectos no existe en la mayoría de los directivos y ese mismo técnico no se jugará su chamba dándote una oportunidad. Al menos alineando al extranjero que compró su director deportivo puede conservar por algunas semanas más su chamba.

A pesar de todas estas dificultades existen futbolistas mexicanos que logran encontrar un lugar en la primera división. Y ahora sí, bienvenidos al formato más mediocre que puedan encontrar.

¿Cómo adquirir una cultura competitiva si tu liga no es competitiva? ¿Cómo lidiar con la presión si en tu liga no hay presión por perder la categoría o quedar eliminado antes de tiempo? ¿Cómo ser mejor jugador si no te enfrentas a los mejores jugadores?

Pelean por el título más de la mitad y absolutamente nadie corre riesgo de perder su trabajo (descender). Así es imposible que el futbolista mexicano logre responder cuando se le presenta un entorno complicado. Las competencias a nivel selección y club no salen de Centroamérica, donde los rivales son infinitamente inferiores. (Salvo excepciones)

Y por fin hemos llegado al último paso. Aunque parezca un milagro, después de todo lo antes mencionado, sí hay futbolistas mexicanos (contados con una mano) que estarán listos para dar el siguiente paso y encontrar una oportunidad en Europa.

¿Y qué creen?…. ahora habrá que lidiar con los altísimos precios (casi impagables) que piden los directivos mexicanos por determinado jugador.

Todo para que, al llegar ahí, quede demostrado que aún no se está del todo listo para competir en la élite. Y la mayoría de ellos, regresan después de algunas temporadas.

Son contados los que logran afianzarse a algún club, o en su defecto, aguantar contra todo pronóstico y hacerse de un lugar más por convicción y coraje que por calidad.

Y será una mezcla de esos mismos jugadores que representarán a la selección mexicana y el resultado será el que ya conocemos.

¿Y entonces?… ¿Seguimos pensando que el problema es el DT? ¿Qué si no juega Guillermo Ochoa los problemas ya se habrán solucionado? ¿Qué si Santi Giménez es titular, entonces todo va a mejorar?

Desafortunadamente la enfermedad del fútbol mexicano está lejos de poderse curar con este tipo de soluciones. Son años y años de no priorizar el deporte los que hoy tienen así de grave al balompié nacional.

¿Por dónde empezar?… gran pregunta.

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